La moral de los empleados es un asunto muy resbaladizo. Los empleados
felices trabajarán más sin exigir que se les aumente el sueldo, pero si están
demasiado contentos, las endorfinas entran en juego, los egos se inflan y todos
empiezan a quejarse de que, con sus ingresos actuales, tendrán que vivir en un
basurero después de jubilarse.
El mejor equilibrio de la moral para sacar la mayor
productividad de los empleados se puede describir así: feliz, pero con baja
autoestima.
Puede calibrar su propio nivel de felicidad laboral
con este sencillo test. Si le sobreviene una carcajada al leer cualquiera de
los siguientes intentos de causar gracia, su felicidad es la justa para que sea
productivo:
Test
de felicidad/productividad
Las siguientes situaciones ocurren en la oficina todos los
días. ¿Cuantas de ellas le resultan irresistiblemente graciosas?
1. « ¿Trabajas duro o a duras penas trabajas?»
2. « ¿Aguantas la pared? (a alguien apoyado en ella)
3. «Tienes otro aspecto hoy » (a alguien sentado ante una mesa que no
es la suya habitual)
4. «Hoy no me toca el turno de vigilar a Bob ».
5. « ¡No esta nada mal para ser miércoles!»
Si se ha reído con alguna de estas agudezas, tiene
usted la clase adecuada de actitud feliz, a lo «Mudito de los sietes enanitos»,
que rezuma productividad por los cuatro costados. Pero si mientras realizaba el
test le vino a la mente la imagen de un colega al que le gustaría aporrear con
un micrófono portátil, es posible que su autoestima le impida ser productivo.
LA SOLUCION: HUMILLACIÓN
Con el paso de los años, el mundo
de los negocios ha desarrollado una gran variedad de técnica que permiten
rebajar la autoestima de los empleados
hasta situarse en una .«banda
productiva» sin sacrificar la felicidad
de estos. En este capitulo veremos las técnicas de humillación mas importantes.
• Cubículos
• Hotelización
• Mobiliario
• Vestimenta
• Programas de reconocimiento del empleado
• Infravalorar la aportación del empleado
• Hacerles esperar
CUBÍCULOS
Los cubículos, llamados a veces «espacios de
trabajo» o «cabinas», sirven para recordar al empleado de una forma permanente
que su valor para la empresa es marginal. Nunca he visto ningún folleto
publicitario de un fabricante de cubículos, pero me imagino que sería algo
como:
Serie
6000™ de cubículos
Piense en el Cubículo 6000™ como un estilo de vida, no simplemente una
gran caja para mantener todos los bártulos en un sitio.
La naturaleza nos sirvió de modelo
cuando diseñamos el Cubículo 6000™. Cada unidad produce la inconfundible
sensación motivacional de los cuatro lugares más inspiradores de la tierra:
CORRAL DE ENGORDE DE
TERNERA
Imagine la seguridad que deben de sentir
esas afortunadas vacas, contentas en sus unidades individuales, sin necesidad
de preocuparse por nada en el mundo. El reconfortante mensaje es: «¡Viva al
día!»
CAJA DE CARTÓN
¡El mismo diseño que las de antaño,
usadas para transportar las posesiones de famosos desde hace siglos!
CORRAL DE BEBÉ
Modelo de la exuberancia de la infancia
y de la emoción de encontrarse secuestrado por extraños que hablan un idioma
extranjero y le castigan por motivos incomprensibles.
CELDA CARCELARIA
Hemos «capturado» la despreocupación del
convicto que cumple condena de veinte años. ¡Sienta la seguridad que hasta
ahora sólo se encontraba en el sistema penitenciario!
¡Fíjese en sus maravillosas prestaciones!
• Parte superior abierta, para que nunca falten los ruidos
ambientales.
• Tamaño diminuto, para que pueda disfrutar de los olores de sus
compañeros de trabajo.
• Sin ventanas molestas.
• Disponible en gris acorazado o marrón diarrea.
• Móvil: descubra la emoción de no tener nunca un sitio fijo.
• Incluye perchero (sólo en la serie Almirante).
HOTELIZACIÓN
El único inconveniente de las oficinas divididas en
cubículos es que algunos empleados desarrollan un sentido «hogareño» en su
pequeña parcela. Pronto se instala en ellos una sensación de orgullo de la
propiedad, luego la autoestima, y un buen día, ¡zas!, adiós a la productividad.
Pero gracias al nuevo concepto de hotelización, este
riesgo queda anulado. Bajo este sistema, los cubículos se asignan a los
empleados a medida que éstos llegan al trabajo. A nadie le toca un lugar de
trabajo permanente, por lo que se impide el desarrollo de sentimientos
hogareños improductivos.
Otra ventaja de la hotelización: elimina todo rastro
de la asociación del trabajador con la empresa. Esto reduce a la mínima
expresión el trauma de las reducciones de plantilla: el empleado puede ser
despedido sin siquiera tener que vaciar su escritorio de objetos personales.
Con la hotelización, los empleados siempre tienen «un pie en la calle».
La hotelización transmite un importante mensaje al
empleado: «Tu empleo es temporal, así que guarda tus feas fotos de familia en
la guantera del coche para que no tengamos que mirarlas».
MOBILIARIO
Usted es tan importante como los muebles que le
rodean. Y eso solamente en los momentos álgidos de la dignidad; con frecuencia,
su mobiliario es más importante que usted. Si piensa en ello, se dará cuenta de
que a usted le pueden despedir, pero sus muebles quedan donde están, prestando
un servicio a una empresa que ya ha prescindido de sus servicios.
No es nada extraño que la gente invierta una parte tan importante de
su ego en amueblar su despacho. En función de su posición en la jerarquía, sus
muebles transmiten uno de estos dos mensajes:
«No haga caso del inútil objeto sentado en esta silla».
O bien:
«¡Adóreme! ¡Arrodíllese ante mi santuario de caoba!»
Si le dieran a elegir, sus preferencias seguramente
se decantarían por el segundo mensaje. Pero por desgracia, los muebles
imponentes sólo se obtienen cuando uno alcanza los niveles más altos de la
dirección. Según las estadísticas, el lector de este párrafo no es miembro de
la alta dirección empresarial, por lo que simplemente omitiré esta cuestión.
Suponiendo que no pertenece usted a la alta
dirección, tendrá suerte si dispone de una tabla desvencijada que ocupa gran
parte del cubículo y sirve para evitar que el teléfono se le caiga cada dos por
tres. Para simplificar, llamémoslo «escritorio». Este artilugio, que en poco se
asemeja a un escritorio de verdad, es el perfecto complemento de la diminuta
silla que será su hogar durante setenta horas a la semana.
Si es usted secretaria, su silla no tendrá seguramente
reposabrazos. Pero no se preocupe: al fin y al cabo, no la contrataron para que
descansara los brazos; su misión consiste en encontrar formas innovadoras de
evitar que los demás empleados consigan ver al jefe. Por si no se había dado
cuenta, ¡para eso le pagan, maldita sea!
Pero si usted no es una secretaria, es posible que
disfrute del lujo de los reposabrazos, esenciales para mantener el equilibrio
mientras intenta echarse una siestecita en su cubículo. Durante mi carrera en
la Pacific Bell, pasé innumerables horas plácidamente dormido en mi cubículo,
gracias precisamente a los reposabrazos. Siempre situaba la computadora de
manera que mi espalda diera a la entrada, mientras miraba la pantalla. De ese
modo, podía tomar un documento, apoyar los brazos sobre el reposabrazos, cerrar
los ojos y entregarme a las delicias de Morfeo, mientras ofrecía en todo
momento el aspecto de ser un empleado entregado de lleno a su tarea. A veces
sonaba el teléfono, pero con el tiempo aprendí a bloquear incluso eso de mi mente
(¡el cerebro es algo realmente extraordinario!).
VESTIMENTA
Nada es tan adorable como uno de esos pequeños monos
de los organilleros con sus diminutos chalecos y gorritas. Este sería también
el uniforme oficial de la empresa si no fuera por el hecho de que se le
consideraría como un «uniforme» y el presupuesto no da para esa clase de cosas.
Las empresas han descubierto un método barato para
hacer que la gente vista con la misma imagen humillante que el mono, sin tener
que incurrir en el elevado gasto de comprar uniformes. El secreto consiste en
establecer un estilo de vestimenta aceptable que tenga el mismo simbolismo que
el atuendo del mono, pero que permita un poco de variedad:
PROGRAMAS DE RECONOCIMIENTO DEL
EMPLEADO
Los programas de reconocimiento envían un mensaje importante a todos
los empleados del grupo, y no sólo a los «ganadores». Concretamente, el mensaje
es: «He aquí a otra persona que no será cesada hasta después de que le hayamos
crucificado a usted». Pero no es ese el único beneficio. Los programas
de reconocimiento ayudan a identificar la casta social a la que pertenecen
todos los empleados.
No hay programas de reconocimiento en los niveles
más altos del organigrama, puesto que se trata de un factor de motivación para
los empleados que pululan los niveles inferiores. Ellos saben que si trabajan
duro podrán acceder a un nivel de dirección en donde no existan los programas
de «reconocimiento».
INFRAVALORAR LA APORTACIÓN DEL
EMPLEADO
A los empleados les gusta sentir que se les está valorando su
aportación a la causa común de la empresa. Y es precisamente por esta razón que
los jefes tratan de evitar cualquier cosa que se le parezca. Con el valor llega
la autoestima, y con la autoestima llegan las incomprensibles peticiones de
dinero.
Hay muchas formas de decirles a los empleados que su
trabajo no es valorado. He aquí algunos de los métodos más crueles, que, por
casualidad, son precisamente los que mejor funcionan:
• Hojear una revista mientras el empleado expresa una opinión.
• Pedir información «urgentemente» para luego dejarla sobre la mesa,
sin tocarla durante semanas.
• Hacer que sea la secretaria la que se encargue de devolver las
llamadas telefónicas.
• Usar un documento del empleado para alguna cosa que no sea su
propósito original, como en este ejemplo:
HACERLOS ESPERAR
Uno de los métodos más eficaces de humillación utilizado por los jefes
es la práctica de no hacerle caso a un subordinado que se encuentra en o cerca
de su oficina, mientras se dedica a tareas aparentemente poco importantes. Esto
transmite al empleado el mensaje de que no tiene presencia humana. Es algo
similar a cambiarse de ropa delante del perro; el animal observa, pero no tiene
la menor importancia.
Esta herramienta de humillación se puede adaptar a
cualquier nivel, dependiendo de la actividad que se realice mientras el
empleado espera.
• Pedir información «urgentemente» para luego dejarla sobre la mesa,
sin tocarla durante semanas.
• Hacer que sea la secretaria la que se encargue de devolver las
llamadas telefónicas.
• Usar un documento del empleado para alguna cosa que no sea su
propósito original, como en este ejemplo:
El software control empleados es muy util ¿Alguna vez has pensado lo útil que sería tener una herramienta para monitorear empleados en las actividades que realizan en sus PC? ¿Has tenido la necesidad de saber qué hacen realmente tus empleados frente a sus ordenadores en las horas en que teóricamente deberían...
ResponderEliminar